miércoles, 18 de abril de 2012

LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA TAPA



Si tuviéramos que describir con una palabra la esencia de la gastronomía española la mayoría de la población le vendría inmediatamente a la mente la palabra “Tapa”, esa comida en miniatura que se oferta en cualquier bar que se precie.

La tapa puede ser considerada como un reclamo turístico por excelencia, que conforma gran parte de nuestra cultura gastronómica tan distinta y variada como climas, relieves o idiosincrasias hay entre las distintas regiones españolas.

En cada rincón que se recorra a cualquier hora del día, el visitante puede encontrar frente a la barra una suculenta exposición de colores, olores y sabores. Pero tapear no es sólo gastronomía, también es diálogo, reunión y conversación, fomentando las relaciones entre personas, una característica unida indisolublemente al placer de disfrutar de una buena selección de platos en pequeño formato.

La cultura del tapeo implica tomar un tentempié o comer a la par que charlar con los compañeros de trabajo, familiares, amigos o simplemente con el comensal que tenemos al lado. El consumir en mesa o de pie frete a la barra, sin barreras, fomenta el diálogo, da igual el tema del que se trate, actualidad, experiencia o futbol, lo importante es la degustación y el ambiente distendido del momento.

La dimensión social de las tapas es, finalmente, uno de los mayores atractivos de las mismas. “Tapear” se ha convertido en uno de los entretenimientos principales en España. La dilatación de la comida entre tapa y tapa favorece la conversación, y las relaciones sociales.Todo un lujo gastronómico al alcance de todos.

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